Roberto Pérez Flores, originario de la ciudad de Los Mochis, en el estado de Sinaloa, se integró más bien tarde, al movimiento del Rock ‘n’ Roll en México y tuvo bastante éxito al cerrar la década de lo años 60s, su primer disco de larga duración UN MUNDO DE AMOR, editado por RCA Víctor en el año 1965, simplemente . . . no pegó, el sencillo de su lanzamiento y tema principal del acetato «Ninguna como tu» se escuchó muy poco en la radio, dejándolo temporalmente en el anonimato, sin embargo, durante 1967, la mencionada companía discográfica le brinda su segunda oportunidad, misma que no desaprovecharía, su sencillo «Hazme una señal» calaría hondo en el gusto popular y al año siguiente encontraríamos en el mercado su LP del mismo nombre con una serie de tonadas ya probadas y aprobadas por nuestros vecinos del norte y las cuales lo colocaron entre los solistas más exitosos de la época, es menester señalar que en los temas «Soy un creyente» «El juego de Simón» y «Juntos Felices», al igual que la ya mencionada «Hazme una señal», Roberto fue excelentemente acompañdo por el grupo Los zignos, en tanto que Los Dug Dugs le hicieron los mismos honores en «Juntos esta noche».
Antes de terminar el año 1968, se llevaría a cabo el lanzamiento de su siguiente LP titulado 1,2,3 ¡DETENTE!, destacando de inmediato «Mi confesión» «Amorcito» y «Un beso pequeñito», además de la propia «1,2,3 Detente», pero nos falta mencionar lo más importante, por si lo descrito anteriormente no fuera suficiente, el acetato en comento abría el lado «B» con una canción original de Enrique Rosas, la cual consagraría en forma definitiva a Jordán, «Amor de estudiante», subió como la espuma y muy pronto se convirtió en un himno para la juventud mexicana.

AMOR DE ESTUDIANTE