Durante 1967 y 1968, años en que la psicodelia y el Bubblegum dominaban casi por completo el mercado discográfico estadounidense, apareció discretamente la figura de Neil Diamond, a través de su interpretación para «Kentuky woman», misma que fue bien aceptada por las radiodifusoras mexicanas, repuntando un poco con la llegada de los temas «Shilo» y «Brother love’s traveling salvation show», al menos lo suficiente para que en 1970, recibiéramos su primer gran logro titulado «Sweet Caroline» y casi al mismo tiempo, acaparaba nuestra atención con las melodías «Soolaimon» y «Cracklin’ Rose», tremenda tercia de éxitos que lo proyectaron a conquistar altos sitios dentro de las listas de popularidad; por lo que citaremos como complementos de apoyo a «Holly Holy» y «He ain’t heavy, he’s my brother», aunque ciertamente, esta última se vio opacada por la versión de los Hollies . . . Poco tiempo después, es decir en 1971 con «I am… I said» y con «Song, song blue» durante 1972, Neil Diamond logró consagrarse definitivamente, por lo que no extrañó que las tonadas subsecuentes «Longfellow serenade» «Rosemary wine» «Beautiful noise» y «Sings», continuaran por el sendero ascendente . . . Para este momento, habían transcurrido ya, 10 años desde aquellos prometedores inicios, Neil rebasaba ya los 35 y se había convertido en un experimentado cantante, razón por la cual, en su larga duración editado en 1977, nos regaló una estupenda interpretación para «I’m glad you’re here with me tonight», además de «Desiree» y «You don’t bring me flowers», grabación que repetiría para formar parte del vinilo que adoptó el mismo título, en virtud de que esta vez contaba con la colaboración de Barbra Streisand, dueto que logró colocarla en el primer sitio del Hot 100 de Billboard Magazzine durante 1978 . . . No conforme con lo escrito, antes de terminar la década, todos entonábamos las hermosas notas que narran el reecuentro de dos antiguos amantes en «September morn» y para comenzar los años 80s, bueno pues nos tenía la sorpresa de que podríamos admirarlo en la sala cinematográfica, THE JAZZ SINGER, fue la cinta donde además de actuar, escribió la banda sonora, de la cual surgen tres triunfadoras piezas: «America» «Love on the rocks» «Hello again», tonadas consentidas en nuestro país . . . Diamond cumplió 40 años en 1981 y sus creaciones continuaban gustando a su larga lista de seguidores, en lo personal, durante 1982 encontré importado un sencillo de Columbia Records que contenía «Heartlights» y al reverso «Yesterday’s songs», que buen disco ¡caray!, todavía recuerdo cuanto lo disfruté; pero como sucedió tantas veces en México, el surgimiento de nuevas figuras fue ocupando el tiempo aire de transmisiones en la radio y otras ejecuciones fueron acaparando la atención de quienes tenían a su cargo la programación, descuidando en consecuencia, la promoción de su nuevo material y así, poco o casi nada, se escucharon las novedades de sus posteriores CDs. Es una verdadera lástima; pero aún a pesar de eso, tuvimos todavía oportunidad de escucharle otras dos buenas canciones «The story of my life» y «I dreamed a dream» de la obra Los Miserables . . . Neil Diamond continuó grabando y produciendo, mostrando durante el desarrollo de su trayectoria, que además de un gran intérprete, ha sido un fructífero y talentoso compositor, toda vez que casi todos sus éxitos nacieron de su propia inspiración, contando algunas ocasiones, con la asistencia y colaboración de grandes músicos.

SWEET CAROLINE